Sobre la revista

La revista Cuadernos de Jazz apareció en 1990 por iniciativa de Raúl Mao y María Antonia García tras la clausura en 1989 de Radio Ciudad de Madrid, emisora en la que presentaban dos veces por semana el programa de jazz «Esa vieja magia negra». Su objetivo era cubrir el vacío que había dejado unos años antes, como única revista española del género, la desaparecida Quàrtica Jazz. A la iniciativa de sumaron un grupo de amigos y colaboradores del programa de radio entre los que estaban Ebbe Traberg, Quique Rivero y Adolfo Montejo. El título elegido para la cabecera tenía como referencia la revista Cuadernos del Norte, que dirigía Juan Cueto y era una de las pocas revistas culturales que se ocupaba asiduamente del jazz, y la revista francesa Cahiers du Cinéma, que Raúl Mao, también cinéfilo, admiraba.

El número cero de Cuadernos de Jazz se distribuyó gratuitamente en el verano de 1990 en tiendas de discos y librerías de Madrid. Tuvo una tirada de 500 ejemplares y fue completamente sufragado por Raúl Mao. El primer número, publicado en otoño, con un precio de 475 pesetas, estableció una periodicidad bimestral que se mantendría en adelante. Su tirada fue de unos 2000 ejemplares. En la mancheta aparecían Mao, como director; García, Traberg y Montejo, como redactores, y Rivero como coordinador. La relación de colaboradores en ese proyecto inicial incluyó, además de los ya mencionados, a Daniel Cagigao, Luz Elez, Claudio Gabis, Federico González, José I. Hernández, Antonio Muñoz Molina, David Oliveros, Diego M. Olmos, Ángel Rubio y Juan Carlos Tascón. En el editorial la revista se describía como «un medio abierto»; ese número recoge textos sobre Helen Merrill, Jaco Pastorius, Hermeto Pascoal o Pat Metheny —a quien estaba dedicada la cubierta— entre otros, lo que confirma ese sentido de apertura que se mantuvo en adelante. Siendo Raúl Mao argentino de nacimiento, la revista siempre mostró además una sensibilidad especial hacia el jazz de toda Latinoamérica, donde se distribuyó asiduamente mientras tuvo edición en papel.

La compra de ejemplares por parte del Ministerio de Cultura para la red de bibliotecas públicas de toda España, a partir de 1991, fue una importante ayuda para la consolidación y subsistencia de la revista. Por otra parte desde 1992 Cuadernos de Jazz formó parte de arce, la Asociación de Revistas Culturales de España, que colaboró en la difusión de la revista por países hispanoamericanos.

En números sucesivos María Antonia García asumió funciones de subdirectora y a la redacción se sumaron Federico González (1991, también como fotógrafo; luego jefe de la sección de discos), José Luis Salinas (1991, luego jefe de redacción), Carlos Sampayo (1992, luego sucesivamente consejero editor y redactor), Mario Benso, Pilar Comín, J. A. García de Cubas y Jesús Moreno (1993), Jorge García y Vicente Ménsua (1994). En los últimos años, la redacción la constituían, en orden alfabético, Jorge García, José María García Martínez, Ángel Gómez Aparicio, Jonio González, Eduardo Hojman, Vicente Ménsua, Carlos Sampayo, José Fernando Troyano y Enrique Turpin.

Entre los colaboradores se incorporaron poco a poco Juan Carlos Abelenda, Guillermo Bazzola, Fernando Bezos, Francesc Caballero, Alejandro Cifuentes, Javier de Cambra, Yahvé M. de la Cavada, Patrick Dalmace, José Dos Santos (corresponsal en La Habana), Manuel I. Ferrand, Ramón Fossati (corresponsal en París), Edward Fuente, Federico García Herraiz, José María García Martínez (luego redactor), Miguel Garrido, Ángel Gómez Aparicio (luego redactor), Jonio González (luego redactor), Jesús Gonzalo, Enrique Helguera de la Villa, Mike Hennessey, Don Hillegas (como corresponsal en Nueva York), Eduardo Hojman (luego redactor), Germán Lázaro, Marcos Maggi, Ivo Martins, Nacho Ménsua, Quinito L. Mourelle, Fernando Ortiz de Urbina (corresponsal en Londres), Alfredo Papo, Sergio A. Pujol (corresponsal en Buenos Aires), Michel Rolland (coordinador de redacción), Pablo Sanz, Leo Sánchez, Bill Shoemaker (corresponsal en Washington), José F. Tapiz, Carlos Tejeda, José Fernando Troyano (luego redactor), Enrique Turpin (luego redactor) o Peter Wessel, y fotógrafos como Coral Hernández, Esther Cidoncha, José Horna, Jean François Laberine, Javier Nombela y Jan Persson. Del diseño y la maquetación se ocuparon Guillermo Ogando, en una primera etapa, y a continuación Diego Olmos.

El quinto aniversario de la publicación (1995), saludado con una jam session organizada por el Festival de San Sebastián en la que participaron músicos como Phil Woods, Lee Konitz, Gary Bartz, Joe Lovano o Kenny Barron, confirmó al equipo en lo atinado de su empresa y selló una relación de complicidad con el decano de los festivales de jazz en España, mantenida en adelante.

Coincidiendo con sus diez primeros años, en 2000 Cuadernos de Jazz publicó un índice de contenidos y un número extraordinario con el resumen de la década en acontecimientos y protagonistas. Era quizá el momento de mayor esplendor de la publicación, todavía no afectada por la crisis discográfica y la posterior crisis económica que recortarían drásticamente la publicidad y acabarían con la posibilidad de su subsistencia en edición impresa. Otros números extraordinarios celebraron sucesivos aniversarios de la publicación. También hubo varios monográficos, como por ejemplo los dedicados a John Coltrane (núm. 11, 1992), Duke Ellington (núm. 24, 1994), Charlie Parker (núm. 87, 2005) o un extraordinario sobre el jazz valenciano, que incorporó un CD recopilatorio (núm. 67, 2001). El último número, 121, de noviembre-diciembre 2010, costaba 6 euros y dedicaba el espacio principal de su cubierta a TriEZ, el grupo de Agustí Fernández, Baldo Martínez y Ramón López.

A lo largo de los años algunas series de artículos se consolidaron, como las «Crónicas locales» de Jesús Moreno, sobre el día a día de músicos y escenarios del país, «Los Standards en el Jazz», comentarios sobre versiones de standards que firmó Vicente Ménsua con la colaboración de Joan Sadurní; firmados también por Vicente Ménsua, los «Retratos desde el limbo». Y la sección «Second Line» que firmaba Jonio González, más los comentarios sobre discos insólitos, agrupados bajo el título genérico de «Rarum», que firmaron Eduardo Hojman y otros colaboradores. En la última etapa de la revista, cuando adoptó el subtítulo  … y algo + (enero de 2005), se hicieron habituales los artículos sobre música y cine y las colaboraciones gráficas de algunos dibujantes como Juan Álvaro y Naiel Ibarrola (antes la revista había disfrutado ocasionalmente de las ilustraciones de Hermenegildo Sábat).

La subsistencia de la revista se consiguió sobre todo mediante la publicidad, principalmente en los números de verano y de final de año, más la venta y las suscripciones. A partir de 1992 se fue consolidando un grupo importante de redactores y colaboradores y se adoptó una mínima infraestructura empresarial, para lo cual se creó la sociedad limitada Cuadernos de Jazz Editores, con cinco socios: Federico González, José Luis Salinas, Carlos Sampayo, Raúl Mao y María Antonia García. Con el paso del tiempo Sampayo y González se dieron de baja y Ebbe Traberg sustituyó a este último hasta su muerte. Muchos años después Salinas también salió y quedaron como únicos socios Mao y García. La revista tuvo puntualmente algunos colaboradores remunerados, como Vanessa Monro, Natalia Blanco, Elia García Domingo, Alejandro Cifuentes y Miguel Garrido, pero nunca generó suficientes ingresos como para disponer de una plantilla estable. Su director nunca cobró y su subdirectora María Antonia García, única persona en nómina, recibió un salario de manera intermitente, cuando la situación lo permitía.

Desde 2009 la revista simultaneó la edición en papel con su presencia en internet, donde fue tomando mayor presencia tras desaparecer la edición impresa. Esta etapa dio entrada a nuevos colaboradores, como Carlos Pérez Cruz. Tras el fallecimiento de Raúl Mao y hasta su cierre definitivo, se hizo cargo de la dirección María Antonia García. En abril de 2015, la revista celebró un encuentro/concierto, en la Sala Clamores de Madrid, para recordar a Raúl Mao y celebrar los 25 años de la publicación: el acto contó con la participación de Joachim Kühn, Ramón López, Ernesto Aurignac, Agustí Fernández y Lucía Martínez. En otoño de ese año su publicación se interrumpió definitivamente.

Los archivos de la revista pasaron en 2011 a la Fundación Ebbe Traberg. El Fondo Cuadernos de Jazz de la fundación está constituido por la colección física de las revistas publicadas además de numerosos originales, fotografías e ilustraciones, correspondencia mantenida desde la revista con artistas, lectores, colaboradores y diversas entidades del ámbito musical, revistas recibidas como intercambio y discos enviados por sus editores para reseñar.